Lunes 23 de Junio: Kiyomizudera – Sannenzaka – Ninnenzaka – Sanjusangendo – Heian Jingu – Higashi Honganji – Gion y Pontocho

Amanece un nuevo día en Kioto.

Nos levantamos prontito como de costumbre y bajamos al supermercado Lawson, que tenemos debajo del hotel a comprarnos el desayuno y nos vamos andando hacia la estación, que esta a unos diez minutos, un paseíllo.

Zona Este

Hoy íbamos a dedicar el día a la zona este de la ciudad de Kioto.

Como ya os comentamos en el post anterior, lo mejor es dividir los días por zonas y visitar los templos de esa zona y así aprovechar mejor el tiempo.

Hoy visitaríamos la zona este de la ciudad con los templos Kiyomizudera, las calles Sannenzaka y Ninnenzaka y los templos Sanjusagendo y Heian Jingu.

Estación de Kioto

Compramos los pases diarios del bus por 500 yenes cada uno (aprox. 3,70 euros) y nos ponemos en cola para el autobús 100.

Nuestra primera parada sería el famoso templo Kiyomizu-dera.

Tardé meses en aprenderme este nombre cuando leía foros y diarios de viaje para organizar nuestra ruta.

Pero sin duda era uno de los templos que más me llamaba la atención y más me apetecía conocer.

Bajamos en la parada del templo. Los autobuses indican muy bien las paradas y los templos que están en cada una de ellas.

Y de ahí subimos una calle empinada hasta subir unas escaleras para acceder al templo Kiyomizu-dera.

Templo Kiyomizudera

Kiyomizu-dera en japonés significa templo del agua pura.

Es un conjunto de templos budistas declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Debajo de la sala principal se encuentra la cascada Otowa-no-taki, donde tres canales de agua caen en un estanque.

Los visitantes del templo podemos coger el agua de la cascada, de la que se piensa que tiene propiedades terapéuticas.
Se dice que beber esta agua supone tener salud, longevidad y éxito en los estudios.

Nada más entrar en el complejo ya vas viendo diferentes recintos y puertas que forman parte de él y enseguida compramos las entradas.

La entrada son 600 yenes cada uno (aprox. 4,40 euros)

Comenzamos a visitar el templo.

Sala principal Kiyomizudera

Llegamos a la sala principal de madera y a pesar que estaba llena de gente, y eso que fuimos temprano, me gustó mucho el templo. Tiene unas vistas espectaculares de Kyoto y la estructura de madera me parece espectacular.

Me encantó poder estar allí visitándolo.

Hicimos la ceremonia del incienso, nos compramos un amuleto, hicimos el rito de las palmas y todos los ritos que veíamos hacer a los japoneses.

Volvimos a ser el centro de atención de todos los colegiales habidos y por haber y no eran pocos, habían varios colegios de excursión. Todos nos saludaban y se hacían fotos con nosotros. Y de nuevo volvimos a servirles de ayuda para sus preguntas del cuadernillo de inglés. A mi me recordaban a Oliver y Benji 😉

Vistas desde Kiyomizudera

Una vez salimos de la sala principal del templo fuimos a la parte de enfrente desde donde tenemos unas increíbles vistas del templo y la ciudad de Kioto.

Es impresionante ver dónde y cómo está construido el templo.

El edificio principal destaca por su enorme baranda, sostenida por cientos de pilares, que sobresale de la colina y ofrece impresionantes vistas de la ciudad.

Es una estructura de 58 m x 27 m, sobresaliendo sobre una quebrada y soportado por 139 columnas de madera, que llegan a medir hasta 15 metros de alto. Lo interesante es que estos pilotes se ubican sobre bases de piedra, es decir sin cimentación propiamente dicha.

Santuario Jishu en Kiyomizudera

De ahí nos fuimos al santuario Jishu dedicado a Okuninushino-Mikoto, un dios del amor y los «buenos matrimonios».

Este santuario posee dos «piedras del amor», situadas a 6 metros la una de la otra, distancia que los visitantes intentan hacer con los ojos cerrados.

Si logras alcanzar la otra piedra con los ojos cerrados, eso significa que encontrarás el amor.

Uno puede ser asistido por alguien en ese tramo, pero eso se entiende como que la persona necesitará de un intermediario para encontrarlo.

Lo intentamos con la ayuda nuestra para llegar a la otra piedra y llegamos más o menos, esperemos que nos dé suerte en el amor.

Cascada Otowa-no-taki

Nos dirigimos hacia abajo a la cascada Otowa-no-taki e hicimos el ritual característico de mojarnos la boca con el agua para tener salud, longevidad y éxito en los estudios.

Desde la parte de abajo tenemos una perspectiva impresionante de la sala principal del complejo.

La verdad es que este templo me gustó mucho mucho.

Calle de la Tetera

Una vez salimos del templo bajamos por la famosa calle de la Tetera, llena de tiendas y comercios.

Ya se empezaba a divisar ese aspecto del Japón tradicional que tantas ganas tenía de conocer.

Entramos en muchas tiendecitas y compramos varios souvenirs, entre ellas nuestra muñeca recuerdo de Japón que tanto me gusta.

Entramos en muchas tiendas hasta que realmente dimos con la muñeca perfecta para el comedor. Hay infinidad de modelos y colores.

Sannenzaka y Ninnenzaka

Me estaba encantando este barrio y cuando llegamos a calle Sannenzaka ya no podía gustarme más, hasta que de repente bajamos por la calle Ninnenzaka y ya acabé de enamorarme.

Era como retroceder varios siglos en el tiempo.

Esta era la parte de Japón que pensaba que más me iba a gustar y sin duda fue así.

Por allí vimos varias chicas disfrazadas de geishas que estaban haciéndose fotos por el barrio y nos hicimos unas fotos con ellas.
Estuvimos dando varias vueltas por el barrio por las callecitas y entrando en las tiendas de souvenirs y artesanía.

Nos compramos una especie de croqueta de carne que estaba realmente buena, la verdad es que la comida callejera de Japón está muy buena.

Santuario Yasaka

Y dando vueltas por las callejuelas llegamos a la famosa pagoda del santuario Yasaka y en esa calle nos hicimos unas cuantas fotos. Bajando por la calle de la pagoda vimos otras chicas disfrazadas de gheisas en un santuario pequeñito y allí que nos hicimos más fotos con ellas.

Estuvimos buscando la calle Ishibei Koji, la que dicen que es la calle más bonita de Kioto, y preguntando mil veces llegamos a una calle muy pequeña con casas de madera muy cuqui. Nos costó llegar pero la encontramos.

De ahí bajamos hacia abajo a la avenida por donde pasan los autobuses en dirección al templo Sanjusangendo que estaba muy cerquita andando.

En cada tramo que íbamos andando veíamos varios templos más.

¡Era realmente increíble!

Templo Sanjusagendo

Llegamos a Sanjusangendo y pagamos las entradas 600 yenes cada uno (aprox. 4,40 euros)

Es un templo budista.

El nombre del templo literalmente se traduce por edificio con treinta y tres espacios, que hace referencia a los exactamente treinta y tres espacios que separan las columnas que mantienen el templo en pie.

El edificio principal del templo se considera el edificio de madera más largo de Japón.

Dentro de esta construcción se encuentran las famosas estatuas por las que el templo es conocido.

La deidad principal del templo es Kannon de los mil brazos.

Esta estatua fue creada por el escultor del período Kamakura Tankei y es un tesoro nacional de Japón.

A ambos lados de la estatua se encuentran en 10 filas y 50 columnas 1000 estatuas de tamaño menor del Kannon de los mil brazos.

El interior de este templo es realmente impresionante, creo que el que más me impresionó por dentro. La estatua de Kannon y las 1000 estatuas más que llenan el templo son realmente impresionantes.

Para poder haceros una idea, tendréis que ir porque no permiten hacer fotos dentro del templo, así que tendréis que visitarlo.

Dimos una vuelta por los alrededores del templo y una vez lo dimos por visto, salimos de nuevo a la calle principal para coger de nuevo el bus.

Comida en Kioto

Esta vez pararíamos en la parada del santuario Heian Jingu, donde vimos ya al inicio el gigantesco torii rojo característico del templo.

Pero ya teníamos hambre así que decidimos comer antes de entrar, ya que vimos un pequeño restaurante en la esquina y no pudimos evitarlo.

Comimos un plato de arroz al curry y un plato de fideos con bebida por 1500 yenes (aprox. 11 euros)

Una vez comimos y descansamos un poquito nos dirigimos hacia el santuario.

Santuario Heian Jingu

El Santuario Heian es un Santuario shinto.

El Torii antes de la entrada principal es uno de los más grandes en Japón, y el edificio principal fue diseñado para imitar el Palacio Imperial de Kioto.

Dimos una vuelta por el templo y nos dirigimos a los jardines, los famosos jardines por su aparición en la película “Lost in translation”.

El templo es gratuito, menos la entrada a los jardines cuesta 600 yenes (aprox. 4,40 euros), pero merece completamente la pena.

Los jardines eran realmente grandes y bonitos. Y nos entretuvimos un ratito reproduciendo la escena de la película.

Estación de Kioto

Una vez vimos los jardines, salimos del templo y cogimos el bus de vuelta hacia la estación de Kyoto.

Una vez allí cambiamos más dinero en una casa de cambio y cogimos los horarios del tren para la excursión del día siguiente a Nara.

Os dejamos todas las visitas y excursiones desde Kioto por si preferís contratarlas y no hacerlas por libre.

Higashi Honganji

Como estaba cerquita de la estación fuimos a visitar el templo Higashi Honganji, por el que pasábamos todas las mañanas cuando íbamos desde el hotel a la estación.

Es un templo realmente grande e impresionante, la sala principal es una de las estructuras de madera más grandes del mundo y la puerta principal de madera es una de las más grandes de Kioto.

Como estábamos cerquita de casa fuimos a darnos una ducha y cambiarnos para irnos de visita a Gion y a cenar en Pontocho.

Barrio de Gion

Una vez listos cogimos de nuevo el bus y paramos en Gion.

Estuvimos recorriendo el barrio y he de decir que el barrio me gustó mucho, de nuevo te transportaba al Japón tradicional.

Un barrio espectacular.

Teatro Gion Corner

Al final de la calle principal vimos el teatro “Gion Corner” y justo hacían una representación.

Como pensábamos que era una actuación de geishas decidimos entrar porque no era muy caro, unos 15 euros cada uno.

Pero luego resulta que era un poco tostón porque era una actuación de las artes tradicionales japonesas, y sólo salía una maiko en una pequeña actuación.

Por lo menos vimos a una maiko en acción.

Una vez acabó la actuación de la maiko, salimos fuera a esperarla y le hicimos una cuantas fotos.

¡¡Qué emoción nuestra primera maiko en Kioto!!

Cena en Pontocho

De ahí nos fuimos a Pontocho a cenar.

Este barrio es también muy bonito, sobretodo el callejón paralelo al río donde hay infinidad de restaurantes.

De Gion y Pontocho hablaremos más en el próximo post que fue cuando estuvimos más tiempo en el barrio.

En Pontocho los restaurantes son carísimos porque cenas a orillas del río, pero queríamos cenar bien que para eso estábamos de luna de miel.

Cenamos en un restaurante típico de los que te sientas en el suelo, de los que Andrés no le hacen mucha gracia después de estar un rato sentado.

A mí al principio sí, pero al final resultaba ser incómodo, pero buena había que probarlo, estábamos en Japón.

La cena exquisita, la mejor carne que he probado en mi vida.

Pero de nuevo pocas cantidades para dos gordos como nosotros.

El truco es mirar las cartas de los restaurantes.

Atención porque cobran un extra por cenar en la terraza con vistas.

Nunca nos damos muchos homenajes de comida en las cenas, así que éste era el día, era nuestra luna de miel y nos lo merecíamos 😉

Después de la gran cena, autobús y para casita.

¡¡No sin antes ver unas geishas por la noche!!

Es toda una experiencia lo de ver geishas… aunque para experiencia la que tendríamos mañana en Gion… vimos muchas geishas y lo pasamos genial esperando a que salieran de las casas de té… ¡Sí somos muy frikis pero fue muy divertido!!

¡Espectacular el día vivido en Kioto!

Vuelta al hotel

Hotel Citadines Kioto

Vuelta a hotel en bus y a descansar.

Mañana nos esperaba un gran día con la excursión de Fushimi Inari y Nara.